martes, 28 de agosto de 2012

La Villa de Ahome, pueblo señorial


Turismo

El portal de entrada a la Villa es un indicador de la
imagen señorial que posee, lleno de historia y cultura
para todos los visitantes.

          407 años han transcurrido desde aquel 15 de agosto de 1605 cuando el padre Andrés Pérez de Ribas llegó a la nación de los ahomes para iniciar su labor evangelizadora.
            Los ahomes no sólo buscaban conocer al dios del que hablaba el hombre blanco, sino que buscaban la protección frente a los abusos y arbitrariedades que recibían de otros pueblos indígenas, razón por la que siempre se mostraron como un pueblo pacífico y que adoptó rápidamente la religión y costumbres que les llevaron los jesuitas.
            Desde aquellos años Ahome se distinguió también como un centro de confluencia de los pueblos en donde habitaron otras tribus, como los comóporis, batucaris y bacorehuis, y que ha medida que la se logró mediante la conquista y evangelización la pacificación del resto de las naciones indígenas asentadas en las márgenes del antiguo río Zuaque, se estableció un corredor social, cultural y económico con los zuaques, tehuecos, sinaloas y huites, entre otras naciones que compartían los mismos orígenes.
            Si bien con el correr de los años El Fuerte se mantiene como cabecera del distrito político, la villa de Ahome logra un importante desarrollo económico junto con las poblaciones cercanas de San Miguel y Mochicahui, principalmente.
          Durante la vida independiente se mantiene como cabecera de la directoría de Ahome, dependiente del Distrito del Fuerte, situación que prevalece hasta el inicio del siglo XX.
         La importancia económica de la villa de Ahome es creciente, con un dinámico comercio, agricultura, pesca y una floreciente industria azucarera en lugares como El Águila, La Florida y San Lorenzo.
      Para 1904 se constituye un grupo separatista, que buscaba la autonomía de El Fuerte, lo que es rechazado por el gobernador Cañedo, todavía fuerte en gobierno porfirista.
       La inquietud prevalece, y es en los tiempos de la Revolución, cuando resurge este grupo separatista, que finalmente logra la autonomía como municipio, mediante decreto del gobernador Ángel Flores, en diciembre de 1916, y en donde se puntualiza que se hará vigente desde el 1° de enero de 1917 siguiente.         Sin embargo no será sino hasta el 5 de enero en que el presidente municipal de El Fuerte, don Bruno Félix, dará posesión a las nuevas autoridades, quienes designan a don Ramón C. López como primer alcalde municipal.
        El edificio sede del primer ayuntamiento, finca conocida como La Casa Azul, hoy es un activo centro cultural, y se cuenta con la finca donde se encuentra la sindicatura, pero que fue hasta 1935 el Palacio Municipal, fecha en que la cabecera del municipio se trasladó a Los Mochis.
Detalle del mural de Alejandro Álvarez, que se encuentra en la Casa Azul, centro cultural de la Villa de Ahome.
       La sindicatura era la finca de una hacienda que perteneció a don Manuel Borboa, próspero agricultor y comerciante.
     Actualmente luce en la parte superior un reloj monumental de cuatro caras que donó el Gral. Álvaro Obregón, y que le da una señorial imagen, símbolo de esta villa.
     Este pueblo señorial tiene una magnífica plazuela que lleva el nombre de Benito Juárez, además de un parque infantil, Dr. Jesse James Maxwell King, que honra la memoria del altruista y extraordinario profesional de la medicina.
      A la salida para Los Mochis se encuentra la antigua casa de don Zacarías Ochoa, veterano de la Guerra de Reforma, hacendado y quien fue también director político de Ahome. Su construcción se mantiene y representa una interesante muestra de la arquitectura característica del Noroeste mexicano que prevaleció desde el siglo XVIII hasta principio del XX, con ladrillo aparente.







  

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